Moraíto es "Arquitectura flamenca"

Por Antonio Canales

Publicado en el número 2 de la revista LA FRAGUA, noviembre de 2012.

Con Él, el silencio se incendiaba en los pozos oscuros hasta hacerse canto. Podía ser negro como el ónice y blanco como la luna irisada... o transparente como el viento.
Acunar en su seno luminoso todas las gamas de color del
ritmo primigenio de la tierra.
«José Mercé's guitarist» de alterna2 on flickr - www.flickr.com. Disponible bajo la licencia CC BY 2.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jos%C3%A9_Merc%C3%A9%27s_guitarist.jpg#/media/File:Jos%C3%A9_Merc%C3%A9%27s_guitarist.jpg
«José Mercé's guitarist» de alterna2
on flickr - www.flickr.com.
Tenía el poder de convertirse en cualquier cosa, en fuente o caballo. En un lobo salvaje y, también, la llama que reina en el hogar; brisa o vendaval.
Ser una antorcha viviente que ciega la noche más oscura.
Poseer tres rostros y ninguno.
Desde el fondo de sus ojos vacíos, contemplarse en su sueño eterno. Y reflejar cien espejos de bronce sin imagen.
Ser sólo una voz, el grito de seis cuerdas rotas por la pena más amarga.
Rumor de un antiguo canto indescifrable.
La inmensa copa que nos da a beber la sed.
Mi corazón está Moraíto como un lirio.

A mi amigo el Morao.


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