Mostrando entradas con la etiqueta Paquera de Jerez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Paquera de Jerez. Mostrar todas las entradas

Adios Juan, adios Torta


Por Lolo Picardo

Publicado en el número 4 de la revista LA FRAGUA, abril de 2014.

En la madrugada del pasado 31 de diciembre de 2013, aproximadamente a las tres de la madrugada, fallecía en su domicilio de Sanlúcar de Barrameda Juan Moneo Lara, el Torta. Días antes había estado celebrando en ese mismo lugar el sexto cumpleaños de su hijo Juanito, donde no faltaron, por supuesto, los melisma del Genio de La Plazuela, los soníos negros de los que Juan era poseedor. Lloraba por soleá y vomitaba el cante por bulerías, porque el Torta cantaba por aliviar su alma, para limpiar

Mariana Cornejo

Por David Palomar

Publicado en el número 4 de la revista LA FRAGUA, abril de 2014.

Mi vivencia al lado de la Maestra Mariana Cornejo ha sido una de las experiencias vitales más importante de los treinta y seis años que tengo de existencia en este planeta. Qué podría explicar de este ángel que residió en Cádiz... que era pura energía, la mujer de la eterna sonrisa, madre entre las madres, la superabuela, la cantaora que ha llevado a gala la escuela gaditana haciendo sentir orgullosos a sus antecesores.

Todavía recuerdo, en el 2005, cuando todavía vivía en la ciudad de Sevilla, que recibí una llamada de Mariana diciéndome que yo tenía que ser el productor de su disco. Yo me quedé asombrado y sentí un poco de miedo, la verdad, pero ella insistía con muchas ganas. Finalmente, y a pesar de mis temores, le eché valor y sacamos el disco Tela marinera, un éxito de críticas. Era sorprendente la capacidad de adaptación que tenía a arreglos más modernos o a conceptos no tan habituales para ella. Siempre nos daba una

Paquera de Jerez. Llamando a la bulería

No son creíbles las palabras con las que comienza este vídeo, a no ser que por modestia o complejo de vasallo, la inconmensurable Paquera yerre las dimensiones de su presencia donde se oyera un cante. Y no digamos cuando lo llamaba por bulerías. Invocaba todas las fuerzas de la tierra y de su raza como un Moisés a los pies del Mar Rojo.

La Pavarotti del cante hondo, la reina de las bulerías, Francisca Méndez, como una pirámide se sujetaba de pie en el centro del escenario con una silla de enea y la desbarataba al apretar el cante con las manos. Pero claro, recoger todo ese caudal le dolía en la garganta y lo acusaba en el gesto. Sabía los tiempos de la bulería (fíjense en el minuto 5 cómo detiene la frase tengo una estera donde yo duermo…). Así y todo, alargaba las sílabas a sabiendas de que era su fuerte, y que el guitarrista se las apañara. Sabía cantar y, a pesar de ello, cada vez que regresaba al Villamarta, enfermaba, y no hablo de oídas porque yo la vi postrada en más de una ocasión. Le debía este pequeño homenaje por llamarme Josemari porque le recordaba a Manzanares y porque en tantas fiestas mis amigos y yo la evocamos a ella igual que ella invocaba todas las fuerzas de la tierra y de su raza como un Moisés a los pies del Mar Rojo. 



Trysko