Por Juan Silva
Tras disfrutar de la exposición fotográfica, colgada en las paredes de la Venta de Vargas del 10 al 20 de noviembre, titulada Inori, el rezo, yo, que me he sentido dios en tantas ocasiones, y diablo en muchas otras, me arrodillo ante su autora, Naemi Ueta.
Su Inori, su letanía, su plegaria me ha envuelto, me ha cautivado. Ante
todas esas almas captadas en sus tomas, mi espíritu se sobrecoge y expande a la
vez. Su forma de mostrarnos la esencia de cada uno de los flamencos que se han puesto
ante sus ojos reconforta. La autora nos presenta a la persona, no al artista. Sin focos, sin escenario, sin público. Nos ofrece una
comunión entre el sentir flamenco y el latido de la vida.
Naemi Ueta y Lolo Picardo, gerente de la Venta de Vargas. |
Después de ver la muestra no pude evitar dirigirme a Naemi y quitarme el sombrero. ¡Ole!
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