Fotografía: Paco Sánchez |
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José Luis Ortiz Nuevo ...con Camarón
Maestro de maestros.
Publicado en el número 8 de la revista LA FRAGUA, noviembre de 2015.
Hablamos
de las claridades del genio de su peculiar manera de transmitir el cante a las
criaturas y encontramos tal vez por las más trascendentes esa dualidad suya de
transitar entre la fragilidad y el coraje con el que se quejaba nada más
templarse y ya era dulzura y poderío fragancia y rayo quejío de ducas y
consuelo en bálsamo de modo que su grito su alarío era de estremecimiento y
fortaleza lo mismo que su vida que iba de la cima a la sima enfrascado casi de
continuo en esa conversación perpetua que consigo mantuvo escondido en su
sonrisa humilde más que tímida íntima como su afición tan grande tan constante
tan firme tan natural por escucharlo todo lo que a él le sirviera siguiendo
huellas que dejaron siempre los maestros yendo de puerta en puerta por muchas
puertas para aprender aunque a él incluso no le hiciese falta porque con la
clara diferencia de su voz de su metal de su leco mágico ya tenía ganada más de
la mitad de la partida pero verlahí que su adicción al cante era más poderosa
todavía y eso lo elevaba al Olimpo de los verdaderamente grandes en la historia
del género uncido además por el amor apasionado de una enorme legión de
seguidores exterior al exiguo mundo del flamenco presidiaria gitana y paya que
lo veneró y venera más allá de su música como arquetipo de caló universal
señalado por los signos del duende y de su persona triunfal y perdedora por mor
del destino y de sus cataclismos que lo mismo te encumbran que te desguarnecen
y abandonan en la cueva donde la queja la ternura el miedo la sabiduría el
ritmo las palabras de José te hieren y te reconfortan sin quererlo ni poderlo
remediar porque lo mismo sientes la punzada y la sangre o el hambre que
enseguía te da el frescor de la sanación te cicatriza y satisface tanto que el
dolor se olvida y queda la estela fragancia de la belleza a la vera tuya que
ese es uno de los milagros del cante de qué manera se alcanza la satisfacción
mentando a la pena y en eso Camarón de la Isla fue “Maestro de Maestros” como
Marchena en su mundo y si no que lo diga en el próximo número de “La Fragua” Pedro
G Romero que sabe mucho de to y también d´esto.
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