Indudablemente
Paco ha sido la máxima expresión de la guitarra flamenca. Antes de él, Sabicas,
Niño Ricardo, Ramón Montoya y Miguel Borrull, ente otros, fueron conformando un
universo flamenco de seis cuerdas, un caldo de cultivo necesario para que
pudiese surgir el genio.
En La Isla, cómo no, también han nacido buenos tocaores. Sin ir más lejos, hoy día tenemos un plantel de jóvenes guitarristas que están llevando bien alto el nombre de La Isla, como son Víctor Rosa, Jesús Guerrero, Juani de La Isla, Adriano Lozano y Lucas, entre otros. Pero antes que ellos ya estaban Paquito de La Isla, Ramón de La Isla, que acompañó durante años al Perro de Paterna, y Rafael Romero, que además de guitarrista es guitarrero.
Nombres
como José Capinetti, el Moreno, Paco Bonfante, que murió tocando en un
escenario, Agustín Bonfante, Buchiriri, Antonio Pavón, que acompañó a Juanito
Valderrama, Pepe Hierro, Juan el Tate, Chano Gallego, Pepe Tejo, José y Francisco Baizán,
Antonio Menéndez Capinetti y Rafael Escudier forman un abanico de guitarristas
isleños que abarca desde finales del siglo XIX a finales del XX. Esta entrada
la vamos a dedicar a José Capineti.
José Capinetti (Aleu Zuazo, 1991) |
En
1878 moría El Fillo, una gran pérdida para el flamenco; se casaban Alfonso XII
y María de las Mercedes, causando un gran revuelo en la corte; la tecnología
avanzaba inexorablemente: se patentaba el fonógrafo y salían al mercado la
primera máquina de escribir y la primera bombilla eléctrica. Fue en ese año, el
14 de agosto, cuando en el número 11 de la calle Bravo de San Fernando, nacía
José Capinetti Rodríguez (Aleu Zuazo, 1991).
El
pequeño Capinetti comenzó
a trabajar como mandadero para los barcos de la sal. A finales del diecinueve
las salinas estaban en pleno apogeo. En esa época existían 129 en la bahía de Cádiz (Ménanteau,
2008).
La sal se transportaba en barcos que llegaban al muelle del Zaporito, muy cerca
de la casa de José. Por eso no es de extrañar que siendo muy joven empezara a
buscarse la vida haciendo recados para los hombres de estos barcos.
Embrujado
por el ambiente de su barrio, Las Siete Revueltas, empezó a tocar la guitarra
siendo aún un chaval. Pero fue al comenzar el siglo XX, con veintidós años, cuando
decide trasladarse a Cádiz, y fue con esa edad cuando empezó a tocar la guitarra
en público.
Es
en Cádiz donde crece como guitarrista de la mano de Manuel Pérez, el Pollo,
continuando de esta forma con la escuela del maestro Patiño del que este era
discípulo. El maestro Patiño fue un gran tocaor gaditano acompañante habitual
de Silverio Franconetti y según muchos autores inventor de la cejilla.
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Aurelio Sellé (Ribera) |
Que
el gran Aurelio contase con él como acompañante habitual nos indica el talento
de este guitarrista. Según los que lo escucharon tocaba por soleá y alegrías como
nadie. Entre sus discípulos se encuentran Juan Díaz el
Rubio, El Niño de los Rizos y Félix de Utrera. Pero entre sus enseñanzas no
incluía su forma de pulsar las cuerdas, de alargar las notas, de usar la mano
izquierda para sacar esos sonidos que le daban brillo a su toque. Juan de Dios
Pareja-Obregón escribió en ABC "...despertaba la
guitarra con Capinetti, llevando de la prima al bordón los lamentos más agudos
del toque flamenco, y el guitarrista, con el sentir de la tierra sin contornos,
sabía llevar hasta el corazón de Aurelio el compás, el acompañamiento, la
ternura y la amistad que brotaban de sus arpegios"
(Pareja-Obregón, 1970).
José
también se dio a conocer fuera de Cádiz. Estuvo mucho tiempo por Madrid. Según
nos cuenta en una entrevista, la primera vez que llegó a la capital llevaba ocho o
nueve pesetas encima y, lógicamente lo pasó mal. Pero al poco tiempo ya podía ganar de
veinte a veinticinco duros diarios. Nos cuenta en esta entrevista que tuvo tres noches
seguidas a Don Ramón Montoya escuchándolo en
Los Gabrieles
(Sánchez Anes, 1951).
Algo tendría Capinetti en su toque que le interesaba a ese otro maestro de
la guitarra.
En
agosto de 1952 tocó en el Primer Concurso de Cante por Alegría, siendo probablemente
esta su última actuación pública. Meses después, el 10 de diciembre, nos
dejaba a los 74 años. Dejaba atrás una vida dedicada a la guitarra, con sus
luces y sus sombras. Le tocó vivir una época difícil para los flamencos,
especialmente a partir del 36, años en los que un guitarrista en un reunión de gente
de bien podía terminar siendo el recadero del que pagaba, en un consejo de
guerra por excitación a la rebelión o escuchando fandangos como este:
"Viva el Caudillo de España
y
el ejército español
gloria
al invicto Mola
y
a Sanjurjo el inventor
de
la cruzada española"
Y
lo más sorprendente es que a veces, como el 17 de octubre de 1938, en Sevilla,
todo esto podía ocurrir en la misma juerga (Osuna García, 2013).
Juan Silva
BIBLIOGRAFÍA
Aleu Zuazo, S. (1991). Flamencos de La
Isla en el recuerdo. San Fernando: Isleña de Prensa.
Barberán, A.
(29 de noviembre de 2012). Callejón del Duende. Cádiz Flamenco. Obtenido
de José Capinetti: 'Un maestro de la sonanta'.
Ménanteau,
L. (2008). Fisiografía y evolución histórica del entorno de San Fernando. (U.
d. Cádiz, Ed.) Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología
Social (10), 465-487.
Osuna
García, J. (2 de marzo de 2013). Los fardos de Pericón. Obtenido de 1938 y la juerga acabó en consejo de guerra.
Pareja-Obregón,
J. d. (11 de julio de 1970). Cádiz o la salada claridad de Aurelio. ABC
Sevilla, pág. 25.
Ribera. (s.f.). Memoria de Cádiz. Obtenido de Aurelio Sellé, revestido de figura del cante.
Sánchez Anes, J. (24 de diciembre de 1951). Entrevista a José Capinetti. La Voz del Sur. Obtenido de una aportación de Javier Osuna en los comentarios de la entrada José Capinetti: 'Un maestro de la sonanta'.
Sánchez Anes, J. (24 de diciembre de 1951). Entrevista a José Capinetti. La Voz del Sur. Obtenido de una aportación de Javier Osuna en los comentarios de la entrada José Capinetti: 'Un maestro de la sonanta'.
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