DE VIENTO. Antonio Lizana.

De viento, 2012


Bajo el sello de Wao Producciones, sale a la luz el primer trabajo del músico y saxofonista de La Isla Antonio Lizana.  Con el título De viento, Lizana despliega un repertorio de trece temas donde el jazz y el flamenco van de la mano. Destaca su primer sencillo “Viento de la mar” con las voces de Lamari de Chambao  y del propio Lizana, que en este disco, además de tocar el saxo, canta.


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Viento de la mar

 

Airegría


Rafalito ...con Camarón

Publicado en el número 3 de la revista LA FRAGUA, octubre de 2013.

Desde La Fragua, seguimos contactando con músicos y gente del flamenco en general para que nos cuenten la influencia de Camarón en sus vidas, en su arte, cómo lo conocieron, qué hicieron juntos, en fin… sus experiencias con el Maestro.


Rafalito. Camarero de la Venta deVargas.

Rafael Oneto junto a Juan Villar
Fotografía: Juan Silva
Corría el año 1988 y Camarón vino a la Venta a grabar un programa para la televisión. Era algo para la Navidad. Ese día cerramos, pero tuvimos que trabajar. Cuando empezó Camarón a cantar, yo no podía dejar de oírlo y de mirarlo, y escuchaba que me llamaban de la cocina. Cogí y me metí debajo de una mesa y me tapé con un mantel para que no se me viera, y de ahí no salí hasta que Camarón terminó de cantar. Después me dijeron que llevaban una hora buscándome.

Moraíto es "Arquitectura flamenca"

Por Antonio Canales

Publicado en el número 2 de la revista LA FRAGUA, noviembre de 2012.

Con Él, el silencio se incendiaba en los pozos oscuros hasta hacerse canto. Podía ser negro como el ónice y blanco como la luna irisada... o transparente como el viento.
Acunar en su seno luminoso todas las gamas de color del

Camarón, perro o sirena

Por José Luis Bueno

Publicado en el número 6 de la revista LA FRAGUA, febrero de 2015.


En uno de los cursos de otoño de la UCA en Jerez de la Frontera, año 1997, Manuel Morao increpó a uno de los ponentes de la siguiente manera: “Señor Felix Grande, no sé cómo usted puede decir que Camarón de La Isla cantaba bien”. Según el genial guitarrista esto no era posible, porque como decía Fernando Terremoto nadie podía cantar bien hasta alcanzar una edad madura.

Anteriormente, 1973, en Rito y geografía del cante, Tía Anica, la Piriñaca, además de sus magníficas exhibiciones de cante rancio al toque del anterior, sostiene que “el Camarón ese no sabe cantar por seguiriya con lo cantaó que es”. En septiembre de 2002, en una entrevista a Flamenco World en la Bienal de Sevilla, Manuel de los Santos, Agujetas dice: “lo que están haciendo es una mala copia del flamenco. Cualquier muchacha sale chillando como un perro. Flamenco puro no existe, esto que hay ahora es una basura… Y a lo mejor sale otro haciendo los cantes del Camarón y el Camarón es un perro cantando: guau, guau, guau. Eso no es flamenco”. 

En otras ocasiones, las críticas se han cebado con el uso de instrumentos que tradicionalmente han estado fuera del flamenco, como el caso de La leyenda del tiempo, o los arreglos de la Filarmónica de Londres en el Soy gitano. No estamos más que ante el asunto del canon artístico, que en el caso del flamenco se ajusta a una supuesta pureza de los cantes más rancios. Según este criterio, todo lo que no se acomode a ello estará adulterado, como si aquellos que representan esta forma fuesen producto de una iluminación divina en medio de la nada, producto de ninguna evolución. Creo que en cada una de las afirmaciones anteriores hay algo de cierto, a la vez que mal expresado por su fundamentalismo. La alusión a la madurez del cantaor que hace Manuel Morao tiene que ver con el cante como algo con lo que se va lidiando toda una vida, en muchas ocasiones en torno a unos mismos palos y letras, además de una voz erosionada por la edad frente a lo que se ha llamado cante liso. 

Con que Camarón no sabía cantar por seguiriya, Tía Anica quiere decir que no lo hacía como ella y los geniales seguiriyeros jerezanos. Ella misma es quien matiza refiriéndose a los que entonces eran jóvenes cantaores: “…a mí lo que ellos van trillando y aprendiendo está bien, está bonito, y yo como cantaora que soy me gusta lo que trabajan ellos. A mí lo que no me gusta es que digan que saben cantar por seguiriya. Es mentira, no saben”. De Agujetas mejor no esperar matices. ¿Qué querrá decir con eso de que Camarón cantaba como un perro? Parece que se refiere a algo mal visto en todos los géneros vocales: la voz chillona de la que a veces abusaba, sobre todo en sus directos. 

Lo que sucede por encima de todo esto es que la voz de Camarón atraía como el canto de las sirenas, tanto a los que admiraban el cante más ortodoxo como a los que nunca se acercaron al flamenco ni lo harán más allá de él. Y es en ese desajuste con la ortodoxia flamenca, en su singularidad, donde está una de sus grandes virtudes. 

Con la polarización de las posturas entre defensores y detractores perdemos una oportunidad para traer a la tierra a estos mitos y poder discernir libremente lo que hay en ellos de extraordinario y común. Si así lo hiciésemos podríamos acercarnos a valorar lo que cada uno aportó al cante y en última instancia comprender un poco mejor cómo está siendo en estas últimas décadas la evolución y transformación del arte flamenco. 


“La enseñanza académica de la belleza es falsa. Se nos ha engañado tanto que ya no se puede volver a encontrar ni la sombra de una verdad. Las bellezas del Partenón, las Ninfas, los Narcisos, todo eso son mentiras. El arte no es la aplicación de un canon de belleza, sino aquello que el cerebro y el instinto conciben independiente de ese canon. Cuando se ama a una mujer no se toman los instrumentos para medir sus formas; se la ama con nuestros deseos y, sin embargo, hemos hecho lo imposible para introducir el canon hasta en el amor”.

“Declaraciones de Picasso, 1935″. Gaceta de arte, 1936, marzo, nº 37, pp.12-13


Décima a Camarón

Nuestro amigo Fernando Lobo nos envía estos versos dedicados a José. Forman parte de Décimas Diarias, un interesante proyecto que merece la pena conocer. Aquí tenéis el enlace: Décimas Diarias.


Juan Manuel Cañizares ...con Camarón

Publicado en el número 4 de la revista LA FRAGUA, abril de 2014.

Desde La Fragua, seguimos contactando con músicos y gente del flamenco en general para que nos cuenten la influencia de Camarón en sus vidas, en su arte, cómo lo conocieron, qué hicieron juntos, en fin… sus experiencias con el Maestro.


Juan Manuel Cañizares. Guitarrista.
 
Conocí a Camarón en un festival en París. Coincidimos porque en esa época yo formaba parte del trío de Paco de Lucía. Nosotros actuábamos ese día y Camarón actuaba al día siguiente en el mismo festival. Paco y Camarón eran grandes amigos y fue Paco quien nos presentó.


«CAÑIZARES2012» de JMC MUSIC PRODUCTIONS S.L
Después de ese encuentro para mi inolvidable, tuve la gran suerte y el honor de colaborar con él en su disco Autorretrato. En él grabé tres temas que son ‘Volando voy’, ‘Romance del Amargo’ y ‘La Tarara’.

Estrella Morente es "Arquitectura Flamenca"

Por Antonio Canales

Publicado en el número 4 de la revista LA FRAGUA, abril de 2014.

Quizás la arquitectura sea una palabra, en principio, que pareciese alejada completamente del flamenco, ya que este es bastante autodidacta y salvaje y, por demás, fuera de normas y cálculos establecidos. Como decía Lorca, el duende es romper con la geometría aprendida. Y, por supuesto, si se carece de

Jeromo Segura-Jesús Guerrero. Alegrías

Por Trysko


El  onubense Jerónimo Segura, consagrado en tablas cantando atrás de la CIA. de Eva Yerbabuena por esos mundo de Dios, hace las delicias de cualquier seguidor chanolobatero bailando con su cante al son de las magistrales manos del isleño Jesús Guerrero que, como un reloj suizo, marca los compases de esta alegría cantiñeada, romerada y mirabrada (permítanme la licencia). Es un regalo para los oídos ver cómo se detiene y deja pasar a to lo largo un compás y clava las sílabas en el último suspiro, como unas banderillas al sesgo.

Se templa con una letra a las mujeres y, a continuación, entona el tirititrán, como dando a entender que viene con ganas de poner el trasnoche bilbaíno boca abajo.  



En el 2'40" empieza la romera con un grave corto y un sentido quejío  para cortar en seco en el 2'53" e ir navegando entre los versos a la contra. Jesús nos deleita en el  3'33" con un remate con la derecha más  propio de unos tacones de baile, y en el 5'04" meciendo los mirabrás.

Ya en el 6'12" empieza Jero el juego sobrao de compás con las letras Maestranza de Sevilla y después 7'00" Dime qué te pasa carita de rosa.
Una lección que nos da el galardonado cantaor de Huelva acompañando diligente con su dedo la  vehemencia de su ritmo.

Rancapino... con Camarón

Publicado en el número 1 de la revista LA FRAGUA, agosto de 2012.

Desde La Fragua, seguimos contactando con músicos y gente del flamenco en general para que nos cuenten la influencia de Camarón en sus vidas, en su arte, cómo lo conocieron, qué hicieron juntos, en fin… sus experiencias con el Maestro.

 

Rancapino. Cantaor  

Rancapino cantando en la Venta de Vargas
Foto: Juan Silva




Para vivir el flamenco como lo he vivido yo en la Venta de Vargas con el Chato de La Isla, con mi primo Juan Farina, con Camarón chiquitito, hay que nacer con eso. Nos juntábamos con todos los cantaores de la época, con Marchena, con Caracol...

Él se venía a mi casa a buscarme y siempre estaba conmigo. Antes de que grabara, nos íbamos por todos los rincones de la bahía. Una vez, Juan Vargas trajo un magnetófono y nos grabó cantando por fandangos, por bulerías…

En Chiclana, en la barbería de Miguel Pérez, que tocaba la guitarra, entrábamos y se ponía a cantar y tocar. Allí se formaban las mejores fiestas que yo he visto en mi vida. Como ha cantao  Camarón, no lo he escuchao en mi vida. Ha hecho grande La Isla, ha hecho grande el cante, ha hecho grande to. Lo mismo le gustaba a los niños que a los viejos. Ha sido un superdotado en el flamenco, su musicalidad, su manera de cantar era tan dulce… y era tan listo que cogía un cante de un cantaor antiguo y lo hacía mejor que el que cantaba ese cante. Mira como era que Caracol cuando lo escuchó se volvió loco con él, y Lola Flores me llamaba a mí y me decía: “tráeme a Camaroncito”, y le encantaba escucharlo. Una noche en la Venta de Vargas, Antonio Ordóñez, escuchándolo cantar, se quitó el reloj de oro de la muñeca y se lo regaló. Camarón era único.