Artículo de Carlos Rey publicado en el número 2 de la revista LA FRAGUA
Una figura
cinematográfica recurrente en la España de postguerra fue la tonadillera, que
junto al torero, formaba una pareja idílica. La copla y el toreo eran dos
valores en alza que los directores de cine de la época tuvieron mucho en
cuenta. El flamenco también estaba presente, aunque quizás solo se exhibía su
lado más folclórico. Son conocidas las incursiones en el cine de uno de los
grandes del flamenco, Manolo Caracol, que junto a Lola Flores hizo más de una
película y dejó para siempre esa interpretación de Carcelero detrás de las rejas de un calabozo. Ya en 1927 doña
Concha Piquer se estrenó en el cine con El
negro que tenía el alma blanca, y Lola Flores hizo Morena Clara en 1954.
No fue ese el
caso de Camarón, que aunque representa a otra época como grande del flamenco,
no podemos decir que paralelamente a su carrera discográfica tuviera una
cinematográfica. Aunque algo sí hizo, pero poco.

Juan
Carrasco, un gitano corpulento emparentado con la gente de la Venta de Vargas,
también hizo de extra. Recuerda a Camarón entusiasmado con todo el trajín de la
grabación y con la ilusión de salir en algunos planos. Finalmente salió en
varios y además claramente. Nos cuenta Carrasco, que cobraban entre 60 y 80
pesetas al día y que para los gitanillos de la época fue inolvidable. Grabaron
en el muelle de Cádiz, en Santibáñez y
en La Isla en la Venta San Lorenzo,
cerrada en la actualidad. Curiosamente, en los créditos de la película, Camarón
apareció como guitarrista.
En 1973, Camarón
participa en la película de Ramón Fernández Casa
Flora. El reparto era bastante importante: Estrellita Castro, Lola Flores,
Arturo Fernández, Carlos Larrañaga y otras estrellas del momento. Aquí ya no
hace de extra, sino que tiene un pequeño papel, el de un ladrón de poca monta que después de robar una joyería, se pasea en
moto junto con su colega de fechoría por las calles de Madrid cantando El serenito. Este tema de Rafael León y
Juan Solano se hizo muy popular y sonaba frecuentemente en las emisoras de radio.
En el libro La Chispa de Camarón, la
Chispa, su viuda, recuerda cómo a raíz de esa escena cantando en moto en Casa Flora, Camarón se hace famoso fuera
del ámbito flamenco. Como anécdota, contar que las frases que Camarón pronuncia
en la película están dobladas. Obviamente no es así en el caso de la canción.
Aunque nos
consta que la participación en el cine fue una experiencia agradable para José,
no volvió a la gran pantalla hasta poco antes de morir. En el año 1992 grabó las
sevillanas Pa qué me llamas en la película del director
Carlos Saura Sevillanas. Se trata de
una composición exquisita de Isidro Muñoz
y José Miguel Évora, dirigida por el guitarrista Manolo Sanlúcar. La
guinda la puso con el baile su madrina de boda, Manuela Carrasco.
Pero no quedó
ahí la aventura cinematográfica de Camarón. Sin su presencia física, el mito no
hizo más que crecer, y como no podía ser de otra manera, su figura inspiró y sigue inspirando a los amantes del
séptimo arte.
El que fuera
Concha de Oro en 2011, Isaki Lacuesta, graba en 2005 la película La leyenda
del tiempo. No podemos decir que
se trate de una cinta sobre Camarón, pero obviamente está ideada pensando en su
figura, y no solo porque comparta título con el mítico disco del 79, sino
porque el halo de su imagen está presente en toda la obra. La trama narra dos
historias en paralelo. Por una parte, la de un gitanillo nacido en La Isla en
1992 al que le acaban de matar al padre. Él puede cantar, pero no quiere por la
pena y el luto. Por otra parte, la japonesa Maliko, que viaja a La Isla para
ver donde nació el mito y para aprender a cantar como él. Quiere cantar pero no
puede.
Israel y Cheíto,
dos gitanillos de La Isla del barrio de la Casería, que no eran actores
profesionales y que en la realidad son hermanos, protagonizaron esta película. Tanto
en el reparto como entre los extras había muchos cañaíllas. Entre ellos Jesús Monje, Pijote, hermano de Camarón, que hace una secuencia en la peña de Camarón
dándole clase a Maliko, interpretando los tarantos del Pícaro Tartanero.
Yo mismo participé en la banda sonora de esta
película con la
canción Playita de la Casería, que compuse en el año 2000 con mi amigo Juan A. Iglesias, Trysko. La cantó Pilar, la Mónica, vocalista del grupo EA!, con la que tuve el gusto de trabajar durante
muchos años.
En los
créditos se puede ver a Raimundo Amador, Montse
Cortés, Carles Benavent, Joan Albet Amargós, Jorge Pardo y Rubén Dantas tocando en una jam session versionando el tema de La leyenda del tiempo.
La vida de
Camarón fue llevada al cine en el año 2005 por el director Jaime Chavarri. El
filme cuenta la vida del cantaor desde su niñez hasta su vuelta de EE.UU. con
la suerte ya echada. Con un guión manifiestamente mejorable, el actor Oscar
Jaenada borda la interpretación del gitano, en
las poses, en la forma de cantar y hasta en la manera de coger el
cigarro, genial.
Gran parte de
la película se grabó en La Isla. Cuenta José
Reyes, funcionario municipal del Área de Cultura, que fueron numerosas las
localizaciones. En la playa de Camposoto se rodaron las imágenes de Camarón con
el caballo y en la que se junta con la
Chispa y sus primas. La juerga en que aparece Manolo Caracol es el interior de
un patio del barrio de la Casería, y las afueras del colegio del Liceo se trata
en realidad de la puerta de Las Capuchinas. Sí se grabaron en el interior del
Liceo las imágenes finales, cuando se oye La
nana del caballo grande. Los
alrededores del puente Zuazo salen en la escena de Camarón dentro del coche con
la Chispa y su prima, y la zona donde se ubicaba antiguamente la grúa de la
Casería, sale en la escena en que Camarón está con su amigo charlando y mirando
al agua. La calle que lo vio nacer también está en varias tomas, al igual que
el cementerio. Cuenta José Reyes que el rodaje del amanecer con las campanadas
de la Iglesia Mayor
de fondo se grabó a las siete de la mañana, y fueron muchos los vecinos que se
quejaron.
La última
aportación del celuloide por ahora sobre el genio ha sido Tiempo de leyenda de José Sánchez Montes, un documental que se rodó
en 2009 para conmemorar el treinta aniversario del disco La leyenda del tiempo. En él se recogen momentos de los ensayos
previos a la grabación del disco, testimonios de los participantes en el
proyecto, como Ricardo Pachón, los músicos que participaron en la grabación o
gente como Juan el Cama, que se
encargaba de la logística en general. La imagen de Camarón aparece con
frecuencia. Se le ve trabajando con el resto de los músicos en el proceso
creativo de lo que después sería su trabajo más conocido. La cinta permite
apreciar el cambio que experimentan las canciones desde que se crean hasta que
se graban, como es el caso del Homenaje a
Federico, donde se distingue el esqueleto de la canción cantándola el gran
Kiko Veneno, y después cómo la registró en el estudio Camarón para la
eternidad.
Una
personalidad y un artista como José Monje Cruz da para esto y para mucho más.
Su imagen, su vida y su obra seguirán inspirando a nuevas generaciones de
creadores. Camarón, más que una fuente, es un manantial.
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