Mucho
se ha hablado, y no sin razón, del acierto en la incorporación al flamenco de otras músicas o de otras experiencias ajenas a la estructura clásica
del mismo. Acierto entendido en términos de pureza, de auténtico.
Hay
multitud de casos. Sirva como ejemplo el tango “Aunque es de noche” del
maestro Morente cuando incorpora el coro de voces búlgaras.
La mezcla es una explosión imprevista de color. Tanto en la tesitura de las voces como en la
mezcla de los tiempos. Imprevista pero acertada. Produce un impacto
inesperado pero que se asimila de forma natural por su ajustada naturaleza
creativa y flamenca. Aunque siempre la hay, su calidad deja poco espacio para
la crítica.
Anterior
en el tiempo, traemos aquí
otra versión
del “Aunque es de noche”
con la incorporación, esta vez, de un coro
de niños.

Escuchando
la décima estrofa del poema de San Juan de la Cruz, se nos aparecen las
criaturas: “aquí se está llamando a las criaturas…”
mostrándonos la inocencia y la fe del alma en la noche oscura de la vida.
Recurrir al coro de niños, por el paralelismo con las criaturas del poema y el
acento de sus voces, viene a dar luminosidad al tango. Una inspiración
acompasada por su ritmo flamenco. Fuerza y sentimiento, recogimiento y
esperanza. No se puede concebir mejor la musicalidad de los textos del santo si
no es bajo la estructura binaria de este palo flamenco.
Destacar,
por lo impresionante, el toque vigoroso y flamenco de Pepe Habichuela y el
apoyo del maestro acompañando al final, por lo bajini, el canto de los niños.
Como
tema de cierre en el disco se incluye una versión de ensayo del mismo
tango. La verdad es que alegra el entusiasmo con el que se aplauden al final.
El flamenco siempre ha estado salpicado de experiencias innovadoras y esta, en mi opinión, es formidable. Que lo disfrutéis.
Antonio Jiménez Cuenca
No hay comentarios:
Publicar un comentario