Jesús Castilla, alma de cantaor

Por Carlos Rey


Publicado en el número 8 de la revista LA FRAGUA, noviembre de 2015.


La primera vez que Jesús Castilla se subió a un escenario, tenía 14 años, y lo hizo con el nombre de El Niño Castilla. Había que cerrar el cartel de la semana cultural de la Asociación de San José y, como no sabían el nombre del niño, lo llamaron como su padre.

Fotografía Juan Luis Monge
Han pasado los años y ese niño se ha convertido en un cantaor con voz propia. Es Jesús, un cantaor hecho a sí mismo. Fraguado en los escenarios, los concursos y en el cante para el baile, el de La Isla, conoce a
fondo su oficio y lo ejerce con magisterio. Ha desarrollado su particular carrera de fondo sin importarle el tiempo ni la premura, trabajando día a día para expresar el cante tal y como lo siente.

Su trabajo y esfuerzo, ha sido refrendado por los numerosos premios conseguidos, segundo premio en Mora (Toledo), dos primeros premios por alegrías y tres segundos y dos premios locales en la Peña Flamenca Chato de La Isla en San Fernando, dos primeros premios por Soleá en Chiclana, segundo premio joven en el Concurso Nacional de Cante Flamenco Ciudad de Vejer, quinto, segundo y primer premio en el Concurso Nacional de Tientos en Cádiz, tercer premio en el concurso nacional flamenco Silla de Oro de Madrid, primer premio en el concurso Caldo Minero de Almería, segundo premio en el concurso flamenco de Antonio Mairena en el grupo de la Casa del Arte de Antonio Mairena, cuarto premio del concurso de la peña Camarón de La Isla de San Fernando, segundo premio de la Silla de Oro 2015 de Leganés, segundo premio concurso flamenco Ciudad de Plasencia y finalista del concurso Antonio Mairena 2015.

En este momento de su trayectoria, graba La voz de mi alma, su primer trabajo discográfico. Un disco donde se aprecia su dominio de los cantes jondos y fragüeros y su pasión por los cantes a compás.

Llevas cantando toda tu vida. Cuéntanos un poco tu historia. ¿Cómo empiezas? ¿De dónde te viene el cante?
Sí. Yo canto desde niño. En mi familia paterna siempre se ha cantado, pero no profesionalmente. Lo hacen mi padre y mis tíos. Mi hermana Carolina también es cantaora y mis hermanos son percusionistas. En fin, que la cosa viene de familia. Esa ha sido mi principal influencia. Aunque a nivel profesional he bebido de Camarón, Pansequito y Juanito Villar, tres cantaores que me han marcado mucho.

Te has hecho en las peñas y también en los concursos. ¿Qué papel crees que juegan en la actualidad dentro del mundo del flamenco?

Tanto las peñas como los concursos, aportan mucho al mundo del flamenco. No solo en la difusión, sino que también sirven de trampolín para cantaores desconocidos. En las peñas, está el ambiente, la afición y el aprendizaje. Y eso es muy importante para el desarrollo del flamenco. Y muchos concursos importantes nacen precisamente al amparo de las peñas, que a su vez benefician a la propia ciudad. Algunos de estos concursos duran dos o tres meses, aportan mucho a la localidad. Por otro lado, a los cantaores nos beneficia mucho, ya que te obliga a estudiar, a conocer bien todos los palos, a saber lo que estás haciendo.

Hablando de la afición, es en las peñas donde muchas niñas empiezan a bailar. Tú has cantado mucho para el baile. ¿Qué te ha aportado como cantaor?

Con el baile he rodado y aprendido mucho. Lo de cantar detrás es importante, te da seguridad en el escenario, pero también te sientes arropado. Cuando cantas delante, te tienes que enfrentar solo al público y es lo que me apetece hacer ahora. De todas maneras, al baile le debo muchísimo, sales fuera, pisas otros escenarios y se trabaja en el extranjero. Con Juani de La Isla hicimos con una compañía japonesa con la dirección Tomoko Ishi un espectáculo que se llamaba La petenera y tuvo mucho éxito en Japón. Con Raúl, el Bule estuve hace poco en Suiza. También te da la posibilidad de trabajar con compañías grandes y relacionarte con mucha gente.

La voz de mi alma es tu primer trabajo discográfico. La voz y el alma son dos elementos importantes a la hora de cantar, ¿lo han sido también a la hora de meterse en el estudio?

Cada vez que me subo a un escenario, intento poner el alma en lo que canto, y es lo que he hecho con el disco también, poner el alma a la hora de hacerlo. He tenido un buen equipo. Me he rodeado de grandes músicos y buenos profesionales. Y por supuesto, también he contado con el aliento y la inspiración de mis mujeres: mi mujer, mis hijas y mi madre.

En este trabajo, además de cantar, también has firmado muchos de los temas, ¿no?
Desde chico, siempre he hecho mis letrillas y a veces, cuando no me sabía bien las letras, me las inventaba sobre la marcha. Con un grupo del flamenco fusión que tenía, Callejuela, hacía yo las canciones. Y para este disco tenía cosas escritas y algunas melodías, y las hemos metido. También me han compuestos canciones David Cuevas, Trysko y Mawito.

El verano pasado presentaste el disco dentro del festival La Isla Ciudad Flamenca y fue un éxito de entrada y de crítica. ¿Cómo te sentiste en tu propia tierra?

Me he sentido profeta en mi tierra, fue increíble. Tuve la oportunidad de hacer un espectáculo completo, de hacer lo que yo quería y estoy muy contento con el resultado. Ahora lo que toca es seguir presentando el disco en todas partes, donde espero que también guste como aquí.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buena entrevista sigue siendo tú mismo sin más ��������������������